Crónica FIZ 07

octubre 10, 2007

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No es momento ni lugar. Eso mismo debió pensar Jason Pearce nada más ver el panorama que le esperaba en el primero de los conciertos de este FIZ 07. Y es que Spiritualized presentaban su Acoustic Mainless, guitarra acústica, piano, cuarteto de cuerda y coristas gospel (todos ellos sentados) ante unas 400 personas que iban llegando con cuentagotas al recinto. Y es que esto no es el Auditori del Primavera Sound, es Zaragoza, y aquí nos encanta hablar en los conciertos, y con Ámbar sube el acentómetro,vaya que si sube. Conclusión, deslucidísimo concierto de Spiritualized, con un murmullo general mientras los ingleses se esforzaban en desgranar temas de Spacemen 3, Spiritualized,versiones como el True Love will find You in the End en un formato que en otro ambiente más intimista, y no para abrir un festival en el que el 80% del público no viene a verte, hubiese sido otra historia. Hasta el Oh Happy Day sonó triste, una lástima.

Y la carpa principal se llenó, llegaba el turno de Travis, unos de los clásicos del brit pop de los 90, y eso se notaba en la media de edad del público, rozando los 30. Todo a priori era perfecto, público entregado y los de Glasgow (quitento para la ocasión) con muchas ganas de agradar. Y triunfaron, claro.

Apenas 4 temas de su último disco, para agradar al personal con todo el arsenal de hits que les han hecho a llegar a un público más amplio que el estrictamente considerado independiente: U16 girls, Driftwood, Sing, All I want to do is rock, Turn… en ocasiones se oía más al público coreando que a los escoceses que la gozaban trepando por los amplis y saltando desde el bombo. Como colofón una Flowers in the window con Fran Healy solo a la acústica y el resto del grupo junto a él haciéndole los coros y para cerrar Why does it always rain on me? en el que pidió al público to do the pogo y cumpliendo con nota su papel de cabezas de cartel.

El ambiente ya pasó a erótico festivo con el teloneo de las Nancys Rubias y Fangoria reventó la olla y salpicó de hormonas a todo el personal. Y no vamos a hablar de estado de la voz de Alaska, de la calidad del corista o de la presión tan atroz que tienen que sufrir sus arterias embutidas en semejante vestuario. Porque son los mejores en lo suyo y lo demuestran como nadie. Un huracán arrollador capaz de hacer bailar al más parado, y en un festival la gente quiere festejar. Acompañada de dos drag y divertidas coreografías, fueron repasando casi todo su último trabajo El Extraño Viaje, para finalizar con una minisesión de 15 minutos en la que enlazaban temas de sus anteriores discos como No sé que me das, Retorciendo Palabras o Miro la vida pasar para la apoteosis final con Alaska y Mario Vaquerizo cantando El Rey del Glam de la época de Dinarama.

Luego vinieron los Shy Child, grupo neoyorkino que se suben al carro de la new-rave y los Klaxons y que con sólo dos instrumentos (teclado y batería) se bastaron y se sobraron para taladrar los tímpanos de los allí presentes y provocar una huída en masa hacia la carpa de artistas de Zaragoza.

Y allí pudimos disfrutar con De Vito, banda que se salía del patrón del resto de grupos locales y que nos hizo romper a bailar ya entrada la noche. Con bases electrónicas, guitarrazos punk y letras en castellano y con hits como Clap your hands say co! o Alles Auf Deutsch que nos hicieron recordar desde Bloc Party a the Faint pasando por Glamour to Kill, habrá que tenerles muy en cuenta en la escena local.

Y con Hang the Dj, y recordando tiempos míticos en el Central, se ponía punto y final a esta edición del FIZ que estrenaba flamante nuevo recinto y en la que se cumplio el pronóstico, y Travis y Fangoria fueron los triunfadores de la noche.

Jaime Villanueva